Le pregunté sin pensar, reconozco que no es de las mejores preguntas para ligar, pero ¡que coño! Quería saberlo: "¿Qué piensas de mi?"
Me miró extrañada, y no dijo nada, fueron unos pocos segundos, para mi demasiados, y volví a romper el silencio:
"A que viene esa sorpresa, ¿a caso nadie se ha preocupado nunca de cómo lo ves? ¿A caso no te ha interesado nunca saber qué piensa alguien de ti? ¿Qué hay de raro en que me interese qué opinión tienes de mi? Seguro que si me levanto y digo a toda la sala “X eres preciosa” te va a preocupar lo que puedan pensar todos los que serian espectadores de mis palabras... ¡Ah! por cierto, no mentiría, eres preciosa, eso es otro tema. Pero ¿ves? Te preocuparías, querrías saberlo y eso que son unos cualquiera en tu vida, no sabes ni el nombre de la mitad de ellos...
Me interesas mucho, quiero conocerte, lo único que se es eso, que eres preciosa, que tu físico me atrae un montón, se eso y el nombre que te pusieron, demasiado poco para contentar el interés que has despertado en mi; yo quiero saber tu "verdadero nombre", quién eres, qué eres...
Igual que yo no soy solo Oberyn, sino también un imbécil, raro, nihilista, cínico, gilipollas... i un sinfín de nombres más hasta llegar a no tener palabras para definirme, tu eres mucho más de lo que me has mostrado y quiero explorarte hasta que encuentre algo en ti que no sepa nombrar."
Y funcionó, sí, lo sé, parece una locura... no lo llevaba preparado y en verdad mientras lo decía me pareció una soberana gilipollez, pero me gustan las gilipolleces y en cuanto pude salí corriendo a plasmarlo en el primer papel que encontré.
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