La incertidumbre se hace palpable con cada día que
pasa
dilemas ataviados con respuestas insondables
recorren mi mente en busca de un descanso que no
llega
en la sombra del árbol de la certeza.
Muchas han sido las acciones perpetradas
mediante conductas inocentes y taimadas
pero todas ellas han creado un monstruo
que voces sin rostro bautizan como indiferencia.
Entre compases y redobles de tambores transcurren
largas noches
y es que mis ojos yacen abiertos tras las cortinas
observando la luz que imperturbable penetra en la
oscuridad
negra e invisible como el rocío en mañanas de
sueño.
Acuciantes soluciones rebosan en los muros de mi
mente
batiéndose en duelo con el miedo y la inseguridad
mas ninguna de ellas logra imponerse en esta
batalla
que muchos ignoran pero que a mi ser acalla.
No existen caminos sencillos ni intransitables
así que amigo, unámonos y hagámoslo candoroso
con paso firme y hálitos de esperanza
para no mirar atrás y anclarnos en la nostalgia.